El Gerry Valenzuela se inauguró como revolucionario un 23 de octubre, pero de 1975. Tenía 16 años cuando se fue a la invasión del block 407 del valle del yaqui, se sometió al entrenamiento militar y se hizo merecedor de un rifle, lo que lo convirtió en miembro de la Guardia Campesina de Defensa.

La madrugada del 23, fueron desalojados a sangre y fuego y en la refriega cayeron muertos Juan de Dios Terán (el líder), Rafael López Vizcarra, Miguel Gutiérrez, Enrique Félix, Benjamín Robles Ruiz, Rogelio Robles Ruiz y Gildardo Gil Ochoa.

Rendidos, los combatientes tuvieron que entregar las armas y pasar por una tupida valla de soldados que los veían con odio, como si quisieran ajusticiarlos. Gerardo, con un pañuelo amarrado en la cabeza y con el cansancio a cuestas, se fue a Vícam ardiendo en calentura para que la Gloria lo reconfortara.

Todavía hoy mantiene una firme congruencia a pesar de las revoluciones fracasadas, la caída del Muro de Berlín, el derrumbe del Bloque Soviético, el arribo de una transformación que cada vez parece más simulada y las abdicaciones vergonzosas de antiguos revolucionarios que ahora se conforman con maquillar la explotación capitalista.

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