Para este Año 2020 tengo muchos deseos, unos personales, otros familiares y algunos para México. Pero uno, creo, es crucial para el país: que el presidente deje de insultar a la gente, a sus opositores y críticos (aun a los críticos y opositores interesados).

Eso le permitirá repensar las cosas, ver que algunos críticos tienen razón (aunque lo vean desde una perspectiva teórica diferente a la de él); ver que sus adversarios tienen derecho a hacer lo que él mismo hizo en el pasado: atacar a los gobernantes para auto promoverse, y ver, en fin, que la diversidad es un camino mejor para la nación que la gris homogeneidad o, peor, que el autoritarismo.

Hace días un ex presidente de Bolivia y actual funcionario en el gobierno que tumbó a Evo Morales, le dijo al presidente de México: “Cínico, sinvergüenza, padrino de tiranos, sumiso, servil y arrodillado ante Donald Trump y matoncito cobarde”.

Los partidarios, los opositores interesados, los opositores con argumentos (y hasta yo mismo, desde luego) salieron a defender al presidente. Esa defensa era necesaria porque no va a venir un extranjero a insultar al presidente de México sin respuesta.

Sin embargo, hay que recordarle al presidente (por favor, si alguien puede verlo y decirle, dígale) que el que siembra vientos, cosecha tempestades; no puede estar insultando a sus críticos y opositores, ni siquiera a sus detractores.

Con frecuencia, el mismo presidente pide respeto, pero sin entender que el respeto es una carretera de ida y vuelta. Los insultos que ha proferido han sido recopilados por Gabriel Zaid en Letras Libres (https://bit.ly/37j3vJ1). La lista muestra la prolijidad de Andrés Manuel López Obrador para el insulto (el poeta del insulto le llama el autor). La lista es la siguiente:

Achichincle, alcahuete, aprendiz de carterista, arrogante, blanquito, calumniador, camajanes, canallín, chachalaca, cínico, conservador, corruptos, corruptazo, deshonesto, desvergonzado, espurio, farsante, fichita, fifí, fracaso, fresa, gacetillero vendido, hablantín, hampones, hipócritas, huachicolero, ingratos, intolerante, ladrón, lambiscones, machuchón, mafiosillo, maiceado, majadero, malandrín, malandro, maleante, malhechor, mañoso, mapachada de angora, matraquero, me da risa, megacorrupto, mentirosillo, minoría rapaz, mirona profesional, monarca de moronga azul, mugre, ñoño, obnubilado, oportunista, paleros, pandilla de rufianes, parte del bandidaje, payaso de las cachetadas, pelele, pequeño faraón acomplejado, perversos, pillo, piltrafa moral, pirrurris, politiquero demagogo, ponzoñoso, ratero, reaccionario de abolengo, represor, reverendo ladrón, riquín, risa postiza, salinista, señoritingo, sepulcro blanqueado, simulador, siniestro, tapadera, tecnócratas neoporfiristas, ternurita, títere, traficante de influencias, traidorzuelo, vulgar, zopilote. Ha desvirtuado hasta esa bella frase que dice: “con todo respeto”, porque cuando el presidente la dice, sus adversarios y críticos saben que vendrá una andanada de insultos.

Mi deseo de año nuevo es que el presidente deje de insultar y se dedique a gobernar. Por ello, suscribo todas las palabras al respecto de Elmer Mendoza, el laureado escritor sinaloense, que le dijo: “Vamos, señor presidente, con todo respeto, a trabajar más y a hablar menos; este país lo necesita”.

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